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Cuando tienes claro lo que quieres, no hay nada que no puedas conseguir

Cada detalle que elegís para vuestra boda es un reflejo de vuestra personalidad, y de vuestra historia compartida. Al final, cuando llega ese día, os dáis cuenta que valió la pena. Los miedos, las dudas, los imprevistos de última hora, las lágrimas al ver que todo se hace cuesta arriba, las discusiones “tontas” que acabaran siendo “batallitas” de los dos y, sobretodo, los tan repetidos “yo lo haría así…” a los que al final, nunca has hecho caso. Y el resultado es este, vuestro gran día. ¿Os podríais sentir más orgullosos?

Parece complicado elegir bien los elementos de una boda, pero hay una regla que nunca falla: lo que os diga vuestro corazón. Existe un instinto que se despierta cuando te pruebas “el vestido”, y sabes que, cuando te vea, se va a quedar sin aliento; o cuando eliges las flores, y te transportan a una fantasía con la que siempre habías soñado; o el fotógrafo, el que captura vuestros mejores momentos, pero os deja expresar vuestro amor con total libertad. 

Experimentad, provad varias opciones, salid de vuestra zona de confort, y veréis que vuestra boda perfecta está al alcance de vuestra mano.